Si bien la carta no es mía, sí que le he hecho algunos
arreglos para personalizarla un poco, porque al leerla, me he acordado de todos
vosotros, y sentía la necesidad de compartirla. Ahora que sabemos que las
clases presenciales han llegado a su fin por este curso, y que no sabemos lo
que nos deparará el siguiente, tomo prestadas estas palabras que Sergio Calleja
dedica a sus alumnos, y os la dedico yo a vosotros.
"Querido alumno,
querida alumna:
Cuando el pasado 13 de
marzo, después de haber disfrutado de aquella estupenda excursión por los
castillos medievales de nuestra provincia, nos dijeron que no podíamos volver a
la escuela, no podíamos imaginar ni por asomo que este curso no volveríamos a
vernos en clase. Y aunque entonces se te pasara por la cabeza la idea de unas
vacaciones adelantadas, pronto entendiste que esto no era así, que las clases
continuaban con normalidad. Por eso, estos dos meses para nadie han sido fáciles,
y sé que para ti menos. Cuando se está empezando a asomar a la vida, cuando se
tienen tantas ganas de volar, cuando se estrena con inocencia cada día, estar
encerrado en casa no es fácil. Pero cuando te oigo en la pantalla del
ordenador, y cuando recibo tus tareas que cumples con devoción, solo me puedo sentir orgulloso de ti. Por
eso, sólo te puedo decir una cosa: lo estás haciendo muy bien; realmente bien.
Pero, no nos engañemos,
esto no es normal. Las clases no continúan con normalidad. Que los maestros te
mandemos una lista de tareas no quiere decir que estemos enseñando; mucho menos
significa que estemos educando. Sé que las circunstancias de cada uno son diferentes:
el acceso a la tecnología, la situación familiar… no te agobies; esta lista de
tareas no es ahora lo más importante. Acepta tu situación y saca lo mejor de ti
mismo como en tantas ocasiones has hecho.
Es un tiempo
privilegiado para aprender, no precisamente matemáticas, lengua o ciencias, sino
para aprender grandes lecciones importantes que, tal vez, pasan desapercibidas
en las clases presenciales. Es un tiempo privilegiado para educar la paciencia,
sé que te cuesta mucho; admirar la solidaridad del ser humano, todo el mundo
está sacando lo mejor de sí mismo y esta me parece la mejor orientación humana
que puedes recibir; entender la verdadera libertad; vivir con menos cosas;
pensar mucho; entender lo importante que son las clases, quién te iba a decir a
ti que estabas deseando volver al cole del que tantas veces dijiste que te
querías ir y no volver; entender y valorar la utilidad de las redes sociales
como herramienta de relación y aprendizaje, no olvides que somos relación…
seguro que tú puedes continuar esta lista de aprendizajes.
Los balcones se han
convertido en escenarios improvisados para el mundo donde se aplaude, se canta,
se recita, se interpreta música, se homenajea, se vibra...y ahí también estás
tú. Las calles se llenan de aplausos y ruido de sirenas que emocionan. ¿No te
parece esto una lección magistral?
Al final ha tenido que
ser un virus y no un filósofo, como yo pensaba, quien nos remueva la conciencia
y nos enseñe qué es la vida, su significado más profundo y su verdadera
esencia. Cuando salgamos de nuestras casas, que hoy son más que nunca nuestras
«cavernas», será otra la realidad que nos encontremos, más verdadera, más
humana, más real, más viva. De esta saldremos siendo mejores, sabiendo qué es
el bien, la belleza y la verdad.
Un abrazo. Hay
esperanza".
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