miércoles, 17 de junio de 2020

LOS BESOS QUE NO SE DIERON

Con junio llega el final del curso y, con él, el momento de hacer un alto en el camino para reflexionar sobre todo lo  aprendido durante estos meses y sobre lo que se ha quedado en el tintero o no salió según lo planeado.

Un fin de curso distinto y distante; un fin de curso triste, con las aulas vacías de antemano, y sin la música en el patio; música de vuestras voces, de vuestros juegos, de vuestras risas.

Pero si hay algo que aprendes con los años, es que no hay que dejar pasar ninguna oportunidad y ningún motivo para dar las gracias; que de cada experiencia que te da la vida, hay que sacar una enseñanza que hay que aprender a valorar.

Este año me tocó estrenarme en el cole. Nuevos alumnos, nuevos compañeros. Eran muchas las ilusiones y expectativas  que llevaba en mi mochila y, aunque muchas de ellas hayan podido quedarse en el aire, otras se han materializado a través del trabajo en equipo, de buenos ratos en compañía de mi nueva comunidad, de la empatía en momentos difíciles, y del cariño en tantas situaciones entrañables.  

Doy gracias por el acogimiento recibido por parte de las familias de mis alumnos, cada una con sus realidades y distintas situaciones. Me siento feliz de haberlas podido ayudar, y de haber recibido su apoyo, sobre todo con el trabajo de estos últimos meses. Doy gracias por su ayuda, su esfuerzo y su papel de maestros, porque sin  su colaboración y dedicación no hubiera sido posible.

Agradezco el haber sido el maestro de veintitrés niños riquísimos a cual más, que me han sacado risas, que me han sacado lágrimas, que me han emocionado en cada proyecto, en cada trabajo, en cada abrazo, en cada reencuentro. Y aunque escucharlos y entenderlos a través de una pantalla, haga que se pierda la magia que tiene la escuela, agradezco el haber podido mantener el contacto con ellos de la manera más cercana posible en estos momentos.

Y esperaré la vuelta en que podamos reencontrarnos, en que podamos abrazarnos, en que podamos recuperar aquellos besos que no se dieron.





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